Descansar bien es una prioridad necesaria para hacer frente a todo lo que tenemos que hacer durante la semana. De no producirse, nos vemos abocados a un estado de nerviosismo y falta de concentración que nos imposibilita el día a día. El trastorno del sueño aumenta las probabilidades de padecer otras enfermedades.
¿Qué síntomas tiene el trastorno del sueño?
Si quieres averiguar si estás padeciendo trastorno del sueño, tienes que atender a estas cuestiones. En primer lugar, el signo más evidente es la somnolencia. El adormecimiento durante el día, provocado por la falta de descanso, es la primera prueba de este trastorno. A ello, se le une el constante movimiento cuando intentamos dormirnos y una respiración desigual e irregular. De forma natural, todos estos síntomas provocan que las fases del descanso no se completen satisfactoriamente y que nos despertemos constantemente intentando volver a dormirnos sin mucho éxito.
Hay muchas variedades del trastorno del sueño que nos afectan de diferente forma y tienen distintos orígenes y consecuencias. Por un lado, el insomnio. Este consiste en la incapacidad de conciliar el sueño o tener un descanso profundo durante toda la noche. Es probablemente el tipo de trastorno del sueño más común y sufrido por la población.
Otra de las sensaciones que puede que hayas experimentado en alguna ocasión es la del síndrome de las piernas inquietas. Afecta al movimiento y provoca que tengamos constantemente el impulso de mover las piernas. Por otro lado, tenemos la apnea del sueño. Las personas que la padecen experimentan una respiración anormal a lo largo de las ocho horas y hay distintos grados de gravedad.
Un último tipo de trastorno sería la narcolepsia. Esta enfermedad dificulta extremamente la realización de nuestras tareas, ya que lidiamos durante todo el día con un adormecimiento extremo que incluso provoca que nos quedemos dormidos de forma repentina.

La osteopatía craneal puede acabar con el trastorno del sueño en su totalidad.
¿Qué fases debe tener nuestro sueño?
El sueño se compone de fases. Cada una suele durar 90 minutos, por eso es importante descansar ocho horas. De esta forma, el cerebro pasa por todos estos ciclos y nos despertamos con la reconfortante sensación de haber dormido bien.
La primera fase o el paso a conciliar el sueño se produce los diez primeros minutos. Es una transición entre el intento de dormirnos y la inconsciencia. Tras esta etapa, entramos en un momento de sueño ligero, del que es muy difícil despertarnos. Nuestro cuerpo va poco a poco desenchufándose y se relaja, a la vez que la respiración y el latido de nuestro corazón se vuelve más lento.
El tercer paso dura tan solo de dos a tres minutos y es nuestro puente al sueño profundo, ese que nos permite un buen descanso. Solo corresponde al 20% de las horas dormidas. La última fase es la denominada como REM, por la asignación de siglas inglesas de «rapid eye movement», es decir, rápido movimiento ocular. Nuestra mente está totalmente activa, pero nuestro cuerpo paralizado. Aquí es donde soñamos.
Cómo tratar el trastorno del sueño desde la osteopatía
Desde la osteopatía, se puede trabajar de diferentes formas el trastorno del sueño para acabar con este problema y proporcionar una mayor calidad a nuestro descanso y a nuestra vida. El primer paso sería tratar de la primera vertebra cervical a la cuarta que, probablemente, se encuentren en un estado de disfunción. A continuación pasaríamos al terreno de la osteopatía craneal donde se soluciona el 90% de las afecciones. Esta especialización se centra en las problemas a nivel cráneo cervical y devuelve la elasticidad y fluidez al tejido membranoso que nos provoca el trastorno, consiguiendo remitirlo en su totalidad.